MANTELERÍA




Conviene partir de la consideración de que todo establecimiento debe contar con artículos acordes a la categoría que ostenta. Ha quedado suficientemente demostrado que tratar de economizar o escatimar en determinados artículos, como la lencería, acaba siendo poco rentable y contraproducente. Pese a ser más caros, la vida útil y el empaque de los artículos de primera categoría es mucho mayor.

En empresas de catering, aunque no hay categorías definidas, lo que se suele hacer es ofertar distintos niveles de acabado, en los que se incluyen diferentes categorías en cada una de las ofertas. Usualmente redunda en los precios que alcanza cada una de ellas.

En cualquier caso, es recomendable para la mantelería usar el hilo ya que soporta mejor los lavados (sin dejar pelusas como sucede con el algodón), y la caída de este tipo de manteles es más vistosa.

Muletones

Son piezas elaboradas con algún material grueso, que les confiera esponjosidad y que haga de la superficie de la mesa algo blandito y cálido, que evite los ruidos al posar platos o cubiertos sobre la mesa y que minimice el riesgo de rotura de cristalería, en caso de caer sobre el tablero. Un salón montado con muletones amortigua mucho más ruido y la estancia se hace más placentera.

Normalmente están confeccionados de algodón grueso o algún otro material sintético que lo sustituya, se extiende sobre la mesa por debajo del mantel y se sujeta con cintas, elástico u otros sistemas que se cosen en los bordes del muletón. Evita que el mantel se arrugue, que se noten las pequeñas grietas o irregularidades de la tabla y confiere a la mesa montada una imagen más atractiva y compleja.

Manteles

Son la seña de identidad de la empresa hostelera y la pieza más importante en el montaje de un salón. Va a ser la referencia en cuanto a estilo, colores o decoraciones que se usarán en el resto de los elementos decorativos del salón.

Cada establecimiento elige con cuidado su mantelería que será una de las señas de identidad de su establecimiento. En el caso de los catering, se pueden ofrecer distintos tipos de mantelería, en función del tipo de servicio que se quiera dar.

Los materiales más utilizados son el damasco y el hilo, reservando el crepé para ocasiones muy especiales o salones muy exclusivos. El más extendido, quizás por su relación precio-calidad, sea el hilo que, aunque algo menos resistente que el algodón, tiene más prestancia y un tacto más adecuado a su función.

Los colores utilizados pueden ser innumerables, si bien los más usuales son los colores claros (blanco, marfil, pastel o tonos muy suaves). En esto y en la combinación con los cubre manteles será el propio establecimiento el que elija aquello que esté más acorde con la imagen que quiere transmitir o con la clientela a quien se dirija.

La forma del mantel estará condicionada por la de la tabla, aunque es frecuente utilizar manteles cuadrados en mesas redondas. Para los tableros rectangulares también se pueden usar manteles cuadrados, en la cantidad requerida para cubrir toda la superficie.


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