CEs el análisis del lenguaje moral centrándose en los predicados “Bueno” y “Malo”. Esto se explica más fácilmente desde la falacia naturalista de D. Hume; en la que se juzga que algo es bueno solo porque es natural, o juzgamos que no es bueno porque no es natural.

Una de las falacias más común en la democracia, por ejemplo la colombiana, es la de las mayorías. Si la mayoría lo aprueba, es porque es lo natural, y por consiguiente es bueno. En las democracias existen principalmente dos formas en las que las mayorías manifiestan sus deseos o decisiones de vida y comunidad, y estas son votando o comprando (la demanda), y en ambas hay abundantes ejemplos de que las mayorías no siempre aciertan, como por ejemplo los alimentos altos en azúcares y grasas que no propiamente son saludables. No obstante, el criterio de igualar lo bueno con lo que acepta o quiere la mayoría suele tener éxito.