Elena le pide consejo a Álvaro sobre si debe indicarle a la Dirección de la empresa sobre su enfermedad diagnosticada como asma. Álvaro le recomienda que no diga nada, y aprovecha para comentarle que tanto él como muchos de sus compañeros están muy descontentos con las revisiones médicas que la empresa realiza anualmente.
Álvaro le cuenta que ya verá, que una vez al año la empresa con la que PAPERING tiene contratado el servicio médico de prevención de la salud en el trabajo, desplaza a las instalaciones de PAPERING un autobús especial equipado con instrumental médico para realizar la revisión médica anual de toda la plantilla.
Esta revisión anual, le cuenta Álvaro, consiste simplemente en medir la tensión arterial de todos los trabajadores, auscultar el pecho con un fonendoscopio y una serie de preguntas sobre si el trabajador ha notado alguna molestia o dolor. También hacen análisis de sangre y orina, pero no todos los años, sino cada cuatro (cada año hacen análisis de una cuarta parte de la plantilla, de tal manera que para cada trabajador se realiza análisis de sangre y orina cada cuatro años). El examen médico es idéntico para todos los trabajadores de la empresa.
Terminando la comida, como Elena y Álvaro habían intimado lo suficiente como para tener confianza uno en el otro, Álvaro se atreve a contarle un hecho que se produjo en la empresa en relación con la vigilancia de la salud que la empresa realiza.
Este se refiere a Lucia, la esposa de Álvaro. Lucia trabajó en el pasado en PAPERING, y fue donde ella y Álvaro se conocieron. Algunos de los empleados de PAPERING están destinados a realizar tareas de mantenimiento y reparaciones en las instalaciones de los equipos que están dispersos por el campo. En las pequeñas casetas donde están los equipos que gestionan la emisión y recepción de las señales que van por estas antenas hay niveles electromagnéticos elevados.
Lucia era precisamente uno de los operarios destinados a este tipo de trabajo. Ella siempre estuvo muy preocupada porque la exposición tan continua a estos campos magnéticos pudiese ocasionarle leucemia u otro tipo de cáncer, como un compañero de ella decía haber leído en una revista. Debido a esta preocupación, había conseguido que su médico de familia le realizase análisis de sangre cada medio año, y así asegurarse una mayor vigilancia de su salud. En la medida que los resultados de esos análisis eran buenos, Lucia siguió trabajando en el mantenimiento.
Sin embargo, Lucia quedó embarazada, y entonces conjuntamente Lucia y Álvaro acordaron que al menos durante su embarazo, ella debía dejar el área de mantenimiento. Lucia solicitó en la empresa el cambio de trabajo aduciendo los posibles riesgos que para su embarazo podría suponer la exposición tan continua a campos electromagnéticos de nivel elevado. La Dirección de PAPERING no acepto su solicitud, aduciendo que la otra actividad era la segregación, manipulación y corte de papel donde se veía expuestas a agentes biológicos infecciosos, además recalcaron que no había otra área de la empresa, donde se necesitase un trabajador más, y negando que el trabajo que venía realizando tuviese peligro alguno para ella o el feto.
Lucia se negó entonces a acudir a su trabajo (previamente había consultado a su médico de familia y había confirmado la conveniencia de que durante el embarazo dejase de hacer el trabajo que venía realizando, aunque sólo fuese por prevención), insistiendo en la demanda de un cambio. La Dirección entonces la sancionó, y como Lucia se mantuvo en su decisión, acabó siendo despedida.
De acuerdo con lo expuesto en el contexto: ¿Los principios fundamentales de la salud según la Organización Internacional del trabajo deben de estar incluidos en el sistema de manera directa?